Un acercamiento a la Generación Distribuida

  1. El inicio de las energías renovables

Desde el año 2015 se ha otorgado mayor protagonismo a las energías renovables debido principalmente a dos (2) acuerdos importantes celebrados entre diversos Estados en el marco de la preocupación por el cambio climático y el calentamiento global. El primero de ellos, la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (setiembre 2020) el cual recoge diecisiete (17) Objetivos de Desarrollo Sostenible (en adelante, “ODS”), los cuales contienen metas de carácter integrado e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental, para lograr el desarrollo sostenible de las naciones[1].

La energía eléctrica es, por decir lo menos, un recurso indispensable para realizar cualquier tipo de actividad, desde la acción más sencilla como realizar compras por internet, estudiar o trabajar, hasta actividades mucho más complejas, como lo son el suministro eléctrico de establecimientos sanitarios. Es por esto que, entre los mencionados ODS, destaca el Objetivo 7 referido a la garantía de acceso a la energía asequible, segura, sostenible y moderna.

Durante estos tres (3) últimos años de pandemia por la COVID-19[2], el estudio y trabajo remoto han incrementado aún más la dependencia del ser humano del acceso a la electricidad. Incluso, la crisis laboral consecuencia de la COVID-19 ha potenciado por ejemplo la cantidad de emprendedores que con el pasar de los meses, hoy lograron formar pequeñas empresas. En este contexto, la energía eléctrica debe ser “sostenible”, “asequible” y “moderna”; características de un tipo específico de energía generada por recursos energéticos renovables (en adelante, “RER”).

Justamente, la generación de electricidad con RER, se produce con menores costos que la generación con los recursos más contaminantes, como lo son el diésel o el petróleo. En ese sentido, mientras que los costos para generar electricidad sean menores, el precio que pagamos los consumidores por la electricidad también va a ser menor. Por ello, el ODS 7 busca aumentar la proporción de energía renovable, segura y limpia, en las matrices energéticas de los países para el año 2030.

El segundo acuerdo relevante, celebrado en el mes de diciembre de 2015 es el Acuerdo de París de la Convención Marco de las Naciones Unidas en Cambio Climático (en adelante, “CMNUCC”), mediante el cual se propuso acelerar e intensificar las acciones para mantener bajas emisiones de carbono, buscando evitar que la temperatura mundial alcance 1.5ºC por encima de los niveles preindustriales en atención al desarrollo sostenible para lo cual cada Estado debía presentar sus propias contribuciones determinadas a nivel nacional[3].

El Perú ha ratificado ambos tratados, y en ese sentido, para poder cumplir con los objetivos de descarbonización establecidos en cada uno de ellos, es necesario iniciar un proceso de diversificación de la matriz energética para así generar energía limpia a precios asequibles por medio de los RER proveniente de fuentes hidroeléctricas, biomasa, eólica o solar. Por su parte, otros países latinoamericanos, en atención a los mismos objetivos, han abordado la problemática de diversas formas, por ejemplo: Chile se encuentra comprometido con el impulso del hidrógeno verde, que podría facilitar el acceso de los Estados a fuentes de energía limpia y abundante, considerando que puede utilizarse para la generación de combustibles, para generación de electricidad, y sobre todo, para reemplazar a los combustibles fósiles para la producción de materias primas para ser empleadas en la industria química, de plásticos, entre otros[4].

Por otro lado, es un hecho que la demanda de energía seguirá aumentando a medida que pasen los años.[5] Siendo así, resultará necesario que los sectores eléctricos mundiales, presenten cambios radicales impulsados por la transición energética. De esta manera, por medio de la utilización de nuevas y diversas fuentes de generación eléctrica a bajos costos, se reducirá el porcentaje de personas que no tienen acceso a la energía mientras se reducen las emisiones de gases de efecto invernadero en el proceso. Como se diría coloquialmente, mediante la transición energética, se logrará “matar dos pájaros de un tiro”, ya que la energía eléctrica sería más barata y causaría menos efectos negativos en el medio ambiente.

  • Es necesario un cambio en la energía que consumimos

Si bien es cierto que durante los últimos años un mayor porcentaje de la población mundial tuvo acceso a la energía eléctrica, debe tenerse en cuenta que, en particular en nuestro país, cada región tiene sus características y necesidades propias, es por ello que el avance hacia la transición energética debe responder a cada caso en concreto[6].

Como resulta evidente, el fomento de la generación de energía con recursos energéticos renovables (hidrógeno, solar, eólico, biomasa, mareomotriz o geotermia), facilitará el proceso de descarbonización de la matriz energética peruana, en atención a los compromisos asumidos por el país. Además, promoverá el avance en otros procesos conexos como la digitalización de los sistemas de control para obtener más eficiencia respecto de la oferta y demanda y la desconcentración del despacho centralizado de las fuentes de generación eléctrica[7].

Todos estos procesos no sólo tendrán como consecuencia la dinamización del sector eléctrico nacional, sino también presentarán diversos beneficios para los mismos consumidores del servicio eléctrico, quienes podrán hacer uso de energía limpia y fiable, reduciendo así las pérdidas de electricidad por problemas en las líneas de transmisión y distribución, y, sobre todo, reducir la dependencia nacional hacia los combustibles fósiles.

Como hemos podido comprobar a lo largo de los años, los recursos fósiles son limitados, por esto, la necesidad de consumirlos a gran escala genera gran dependencia internacional debido a que el Perú no produce o puede hacerse de las grandes cantidades de combustibles fósiles que requerimos. Por estas razones, el alza en los costos de combustibles fósiles impacta de manera relevante en la economía nacional. Actualmente, por ejemplo, el costo internacional de este recurso es muy alto, alcanzando los USD$ 105.42 (ciento cinco con 42/100 dólares americanos)[8] el barril de petróleo, ello debido a las diversas crisis mundiales relacionadas con las terribles guerras suscitadas entre países del medio oriente y aquellas entre países europeos.

Sólo con el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia en febrero de 2022, el precio del petróleo subió 10%, a pesar de la implementación de importantes medidas para evitar mayores complicaciones en los mercados de los combustibles[9]. Esta alza de precios demuestra que la dependencia energética internacional puede tener consecuencias relevantes en la economía nacional[10], que no necesariamente serían positivas. Además, la dependencia internacional también genera otras repercusiones en el desarrollo del sistema eléctrico del Perú, pudiéndose alterar procesos de producción de energía precisamente por el aumento de precios internacionales.

Al año 2019 el Perú importó energía equivalente a 236 317,6 TJ, valor del cual, las fuentes con mayor participación fueron el diésel B5 (63.6%), la gasolina Motor (14.4%), y el GLP (6,8%)[11]. Cabe mencionar que este valor es muy superior al importado hace catorce (14) años, cuando únicamente se importada 85 398 TJ[12]. Siendo así, y considerando los altos precios de la energía fósil que hoy en día se presentan, resulta necesario y estratégico encontrar formas para reducir la dependencia energética internacional que mantenemos con otros países.

Una forma de lograrlo es por medio de la generación de electricidad en cantidades más pequeñas y cercanas a los usuarios finales de la misma, de manera que se aumentaría drásticamente la eficiencia energética y se podría reducir la contaminación por dióxido de carbono, y otros gases contaminantes, a la vez que se reduciría el impacto por la reducción de mayor cantidad de proyectos de transmisión a gran escala[13].

  • La Generación Distribuida como un aliado para lograr la transición energética

La Generación Distribuida[14] (en adelante, “GD”) refiere a un tipo de generación de electricidad para su uso en el mismo lugar, en lugar de requerir transportar dicha energía por medio de las redes eléctricas desde instalaciones centralizadas, como las grandes centrales termoeléctricas (que consumen combustibles fósiles), por ejemplo.

Por su parte, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minas (en adelante, “OSINERGMIN”) señaló que la GD es aquella realizada por medio de pequeñas fuentes ubicadas en lugares lo más cercanos posibles a donde será utilizada. Puede adoptar tres mecanismos: autoconsumo, net metering y net billing, a través de los cuales el generador distribuido consume total o parcialmente la energía que genera. En el caso de los dos últimos mecanismos, el generador podrá beneficiarse de los excedentes que genere, inyectándolos a la red de distribución[15].

Actualmente en el Perú, la mayor parte de la energía se genera a partir de estas fuentes centralizadas, por medio de la utilización de grandes centrales hidroeléctricas, las centrales termoeléctricas a gas, centrales termoeléctricas a diésel, entre otras, tal como se muestra en la imagen adjunta[16]:

Si bien es cierto, el sistema centralizado de la generación de energía ha sido utilizado durante muchos años en diversos países, es cierto que un porcentaje considerable (8.5%) de energía generada se pierde en las etapas de transmisión y distribución de la misma, debido a las largas distancias que debe recorrer para llegar al consumidor final[17]. El proceso para la construcción y mantenimiento de las líneas de transmisión puede ser muy costoso y es propenso a dilaciones por diversos motivos como problemas sociales o retrasos de la Administración, generando así que el problema de acceso a la energía de muchas personas se mantenga en el Perú. Siendo así, por medio de la generación distribuida y la utilización de sistemas eléctricos más pequeños y cercanos a los consumidores finales, sería posible evitar algunos de estos problemas.

La GD utiliza diversas fuentes de generación como las energías renovables in situ, energía solar, y eólica, pero también puede realizarse a través de otras fuentes de energía como la biomasa, gas natural, hidroeléctricas, o la producción combinada de calor y electricidad (cogeneración), que consiste en recuperar el calor generado por una central eléctrica convencional en el marco de un proceso productivo industrial para calentar los edificios y/o agua. De esta forma es posible que los equipos para este tipo de generación se utilicen por pequeñas y medianas empresas (PYMES) en los hogares e industrias que buscan generar mayores ahorros económicos respecto de sus recibos de energía, a la par de contribuir con la mitigación del cambio climático[18].

Sin embargo, también pueden utilizarse estas tecnologías de GD en pequeñas redes (microgrids) que se podrán interconectar con sistemas de transmisión y distribución de mayor tamaño, como grandes infraestructuras industriales, campus universitarios, infraestructuras de salud, entre otros[19] e incluso podrían ser interconectados con el Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (en adelante, “SEIN”) para inyectar el exceso de la energía generada.

  1. Algunas ventajas de la generación distribuida

Como hemos señalado, la implementación de la GD genera diversas ventajas económicas y ambientales, considerando que permite la reducción de la utilización de combustibles fósiles en los grandes centros de generación de energía, porque éstos no sólo generan mayores costos de producción de la energía, sino que son mucho más contaminantes. Actualmente, las principales tecnologías de generación eléctrica utilizadas para la GD en industrias y hogares son las fuentes renovables intermitentes, es decir, las fuentes solar y eólica.

De esta manera, la GD permitiría aprovechar energía que podría ser desperdiciada, por ejemplo, con la utilización de sistemas de cogeneración, reduciendo las pérdidas de energía que se producen durante la transmisión y distribución. Adicionalmente estas tecnologías podrían colaborar en mejorar la fiabilidad y calidad del sistema eléctrico, considerando que en caso falle una fuente de energía, ello no supondrá mayores problemas para el SEIN, toda vez que éstos no revierten flujos hacia la red exterior, dotando de mayor control respecto de la energía reactiva generada[20].

  • ¿El Perú ha regulado la Generación Distribuida?

En el Perú, la GD ha sido introducida formalmente en la regulación mediante de la Ley Nº 28832, Ley para asegurar el desarrollo eficiente de la Generación Eléctrica, del año 2006 (en adelante, “Ley Nº 28832”); y del Decreto Legislativo Nº 1221, Decreto Legislativo que mejora la regulación de la distribución de electricidad para promover el acceso a la energía eléctrica en el Perú del año 2015 (en adelante, «DL 1221»).

Ambas normas establecen la obligación del Ministerio de Energía y Minas (en adelante, el “MINEM”) de desarrollar y emitir un reglamento que rija las actividades de Generación Distribuida y Cogeneración interconectadas al SEIN. Dicha obligación se basa en la adopción de medidas para propiciar la efectiva competencia en el mercado de generación, así como, asegurar la suficiencia de generación eficiente que permita reducir la exposición del sistema eléctrico peruano a la volatilidad de precios y a los riesgos de racionamiento prolongado por falta de energía; y, a su vez, asegurar al consumidor final una tarifa eléctrica más competitiva.

Por su parte, el DL 1221 dispone la obligación legal del MINEM de emitir el Reglamento de Generación Distribuida, estableciendo un plazo de ciento veinte (120) días calendario, desde la entrada en vigencia de la norma para la emisión de este dispositivo legal[21]. Este plazo caducó el día 24 de enero de 2016, y aún no contamos con dicho reglamento. Sin embargo, desde el 2018 se encuentra pendiente la evaluación y, posterior aprobación, del Proyecto de Reglamento de Generación Distribuida[22] (en adelante, el “Proyecto”).

El referido Proyecto define a la GD como “aquella instalación de Generación conectada directamente a la Red de Distribución” y que se subdivide en:

  1.  Mediana Generación Distribuida (en adelante, “MGD”), que refiere a la instalación con capacidad mayor a 200 kW y menor o igual a 10 MW, que se conecta a la Red de Distribución en Media Tensión. Asimismo, por sus características deberá coordinar con el Coordinador Económico del SEIN (en adelante, “COES”) las condiciones de distribución; y
  2. Microgeneración Distribuida (en adelante, “MCD”), que refiere a la instalación de titularidad de un usuario del servicio público de electricidad que se conecta a la Red de Distribución en Baja Tensión o Media Tensión. Este tipo de GD podrá ser instalada sin necesidad de un coordinador de despacho, y su producción de energía será́ utilizada para abastecer el consumo del usuario, pudiendo inyectar el excedente generado a la red de distribución.

En ambos casos, la potencia máxima de generación instalada corresponderá a la potencia del suministro contratada con la empresa de distribución eléctrica y, en ningún caso, dicha potencia máxima superará los 200 kW.

El Proyecto recibió diversas críticas que se relacionan al máximo de potencia contratada de las MCD, por ejemplo, al considerar que ésta debería elevarse a 1000kW, y debería establecerse la posibilidad de valorizar la energía inyectada en los puntos de conexión. Por otro lado, se señaló que el Proyecto no considera la participación de las empresas distribuidoras de energía, a pesar del rol que éstas han desarrollado para el inicio de la GD en el país. De otro lado, algunos agentes señalaron que el Proyecto otorgó una definición distinta a la GD, que la planteada en la Ley Nº 28832, y el DL 1221.

  • Generación Distribuida en Sistemas Aislados

La GD podría ser una fórmula para poder garantizar el derecho de acceso a la energía a ciudadanos que se encuentran fuera de la red en lugares lejanos del país, por medio de los Sistemas Aislados, los cuales, como es sabido, no se encuentran interconectados al SEIN. Estos sistemas permiten el acceso a la electricidad por medio de la generación de energía por todo tipo de fuente primaria, renovable o no renovable, a pesar de no encontrarse conectados a la red nacional. Siendo así, y en atención a la transición energética que tanto el Perú como el mundo deben buscar, sería factible alimentar estos sistemas con energía renovable, generada en el esquema de GD, garantizando así dotar de energía eléctrica a zonas donde la red interconectada no llega.

Existen ejemplos de fundaciones privadas que lograron llevar energía a muchas familias a nivel nacional, mediante el uso de energía solar y que posteriormente lograron capacitar a la población para garantizar la continuidad del servicio eléctrico en la zona, como sucedió con la empresa Ergon, que implementó hasta el cierre de agosto 2018, más de 87 000 sistemas fotovoltaicos en localidades aisladas del Perú[23].

  • Conclusión

La generación eléctrica como la conocemos hoy en día no sólo es centralizada, sino que se basa (principalmente) en fuentes no renovables, como derivados de los hidrocarburos, por mencionar un ejemplo. Estas fuentes generan altos porcentajes de gases de efecto invernadero que afectan al ambiente. Asimismo, al utilizar combustibles para la generación de energía eléctrica generamos una gran dependencia internacional respecto del acceso a éste; la misma que puede tener repercusiones negativas en la economía del país, a la par de no permitir la utilización de esos fondos para la mejora del sector energético nacional.

Por medio de la utilización de recursos renovables, como lo son el solar y el eólico, se estaría evitando la generación de estos gases nocivos para el ambiente y la salud de los peruanos, considerando que esta energía limpia, segura y accesible podrá ser utilizada para diferentes fines, como la potabilización del agua, iluminación, mayor seguridad ciudadana, producción de alimentos, actividades ganaderas y artesanas, por mencionar algunos ejemplos.   

La GD permite garantizar el derecho a la energización, que se relaciona directamente con otros derechos fundamentales como lo son el derecho a vivir en un ambiente sano y equilibrado, al tratarse de energía limpia, asequible, y segura[24]. Asimismo, permitirá reducir la dependencia energética del país de forma drástica, por lo que a medida que se requiera una menor cantidad de hidrocarburos, como el petróleo, el Perú no tendrá tantos gastos por su importación, pudiendo utilizar ese dinero en efectuar mejoras en el sector eléctrico nacional, por ejemplo. Por tal razón, la GD puede tener grandes resultados de ser regulada y aplicada correctamente en el país.

Bibliografía:

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BBC News Mundo. (2022, marzo 1). Rusia invade Ucrania: El precio del pretróleo alcanza su precio más alto en 7 años. https://www.bbc.com/mundo/noticias-60578492

Benzaquén, L. (2020, octubre). Generación eléctrica con Hidrógeno. Revistaenergia.pe, 21, 91-97.

Datos Macro.com. (2022, abril 7). Precio Petróleo Brent. https://datosmacro.expansion.com/materias-primas/brent?anio=2022

Delgado, C. (2017, noviembre 14). El mundo consumirá un 30% más de energía en 2040 y se aleja de cumplir el Acuerdo de París. El País. https://elpais.com/economia/2017/11/14/actualidad/1510661591_352717.html

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Yergin, D. (2020). The new map: Energy, climate, and the clash of nations. Allen Lane.


[1] United Nations. (2015a)

[2] United Nations. (2015b)

[3] Naciones Unidas (2015)

[4] Benzaquén. (2020)

[5] Delgado. (2017)

[6] Yergin. (2020)

[7] Ramos. (2020)

[8] Aproximado a abril 2022, de acuerdo al precio Brent Europeo.

[9] BBC News Mundo. (2022)

[10] Primagas. (2020)

[11] Ministerio de Energía y Minas. (2022).

[12] Ministerio de Energía y Minas. (2008).

[13] Environmental and Energy Study Institute (EESI). (s. f.)

[14] También conocida como generación in situ, o generación descentralizada

[15] OSINERGMIN. (2018)

[16] OSINERGMIN. (2020)

[17] Redacción El Comercio. (2022)

[18] Atria Energía Blog. (s. f.)

[19] United States Environmental Protection Agency – EPA. (s. f.)

[20] Atria Energía Blog. (s. f.)

[21] Primera Disposición Complementaria Final

[22] Aprobado mediante Resolución Ministerial Nº 292-2018-MEM

[23] Revista Energía y Minas. (2018)

[24] Artículo 2.22) de la Constitución Política del Perú

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